Un libro para regalar en esta Navidad
¿Y si le pedimos un libro a Papá Noel?
Un libro también es un regalo
Por la Lic. Marcela Sisto, coordinadora pedagógica de la
Fundación Leer
Llegan las fiestas, Papá Noel, Reyes, la hora de pensar los regalos y surge una
pregunta: ¿Puede un libro competir con un juguete? Lo primero que hay que
rescatar es que un libro también puede ser un juguete. O por lo menos, puede
tener los mismos atractivos que tiene un juguete. Pasar un rato agradable
leyendo es siempre una buena opción. Sobre todo, en esta época del año, donde se
acercan las vacaciones y los chicos tienen más tiempo libre. La lectura es una
alternativa que les permite disfrutar pero, además, los incita a imaginar, a
soñar, a jugar y hasta puede ser disparadora de decenas de actividades.
Hay que convencer a los chicos de que a los libros no sólo se va a buscar
información también puede ser divertido sentarse bajo un árbol o al borde de la
pileta para devorarse un cuento. Además, en el verano, un libro es un buen
complemento para seguir ejercitando el cerebro, que es un músculo y como todo
musculo necesita ejercicio.
A veces, el problema de los padres, los abuelos o los tíos es que no saben qué
elegir. Hay distintas variables a tener en cuenta. Por empezar, hay que optar
por un libro que tenga que ver con el placer y la distracción y que, además,
esté acorde a los intereses de cada niño. Más allá de los intereses
característicos de cada etapa de la niñez, hay que estar atento a qué le gusta
particularmente a ese chico. A algunos le divierten los autos, a otros los
dinosaurios, otros prefieren las historias fantásticas, las de príncipes y
princesas, etc.
Desde que son bebés, los libros no sólo son un complemento intelectual, sino que
son herramientas que permiten ejercitar lo atencional y lo motriz. Es un juguete
muy completo: ayuda a trabajar la coordinación psicomotora, el desarrollo el
área intelectual y, sobre todo, nos permite acercarnos al otro, tener un
encuentro de afecto.
La lectura ayuda a desarrollar mecanismos complejos en el cerebro como la
comprensión, la anticipación, la predicción. Entran en juego muchas habilidades
que se necesitan para la inserción en nuestra sociedad. La lectura permite
entender distintos mundos y desarrollar una actitud de empatía hacia el
conocimiento del otro, enseña sobre muchas ciencias y también otorga un
pensamiento crítico. Y leer con los chicos (leerles) es fundamental, por muchos
motivos.
– En primer lugar, ayuda a desarrollar el vocabulario. Los niños aprenden el
significado de las palabras al escucharlas en el contexto.
– A través de las historias, se incorpora paulatinamente la correcta
construcción de las oraciones. La manera más fácil de aprender la sintaxis de
cualquier idioma es escucharlo y usarlo continuamente.
– Aquellos niños a quienes se les ha leído, están más motivados a leer.
– Asimismo, las oportunidades de acceso a situaciones de lectura determinan la
pronunciación correcta, el significado y uso de los signos de puntuación
(indicando la expresión), y los diferentes estilos usados en la lectura de papá
y de mamá quedan más claros por medio de la lectura en voz alta.
Dentro de la variada oferta de libros infantiles que hay hoy en el mercado, ¿qué
regalamos? En este punto conviene tener en cuenta algunas cuestiones como la
calidad literaria, un buen libro para niños debe resultar divertido,
emocionante, atrapante, interesante o conmovedor para cualquier adulto; las
imágenes, sobre todo en los primeros años de vida, los libros deben ser
visualmente atractivos con imágenes claras y legibles; y por último, la
variedad, es posible que muchos niños digan que no les gusta leer por el simple
hecho de que no se han encontrado aún con un libro que les cause alguna emoción.
Yo puedo elegir un libro que desde la editorial esté recomendado para tal edad.
Pero si ese chico lee mucho y está avanzado, puede resultarle aburrido. En
cambio, para aquel que nunca tocó un libro más que para ir a la escuela, puede
resultarle tedioso. Hay que dejarlos que exploren la librería, que tengan
contacto con los libros es una de las formas de acercarlos a la lectura.
Seguramente, si yo hablo del libro en abstracto no para nada atractivo.
Cuando los chicos leen por su cuenta, también un libro puede dar espacio al
encuentro. Poder conversar sobre la historia, responder las preguntas que surjan
de la lectura, reflexionar sobre el comportamiento de los personajes. Y hasta
generar nuevas actividades a partir de lo leído, como dibujar al protagonista,
el paisaje de la historia; ponerse en el rol de actor e interpretar la parte
favorita, seguir escribiendo sobre el tema. Esta época, en la que se empieza a
hacer el balance del año, es excelente momento para decidir que el tiempo que no
compartimos con nuestros hijos durante el año, lo podemos compartir ahora, a
través de un libro. Personalmente, me gusta recordar aquellos momentos en los
que mi mamá o mi abuelo se sentaban a compartir la lectura conmigo, son imágenes
que quedan grabadas en el corazón. Un libro consigue eso.
Por la Lic. Marcela Sisto