Psicólogo Santiago Gómez
Director de Decidir Vivir Mejor
y del Centro de Psicología Cognitiva
Hoy sabemos que el pensamiento es muy poderoso por los efectos que provoca en el cerebro, esto significa que de acuerdo a lo que pensamos o nos imaginamos, es como nos vamos a sentir. Es muy difícil no pensar en nada o tener la mente en blanco, ya que siempre algo nos estamos diciendo a nosotros mismos.
¿Cómo se interpretan los hechos del exterior?
Cada persona tiene un sistema de creencias y pensamientos que son con los que se interpretan los hechos de la realidad, tiene que ver con la visión que cada sujeto tiene:
-de sí mismo.
-sobre los otros.
-y del mundo en general.
Por lo tanto, no son los hechos ambientales los que nos perturban, sino como cada uno los interpreta de acuerdo a su sistema de creencias y pensamientos. Es así como cada persona puede vivir y sentir una misma situación de manera diferente.
¿Cómo pueden ser los Pensamientos?
Los podemos clasificar en dos grupos:
-Pensamientos Negativos: el sujeto interpreta los hechos del exterior de manera negativa. Su atención es selectiva porque focaliza siempre en lo malo que pueda suceder. Por ejemplo, “Maria está esperando a su hijo que regrese del boliche y, como demora más de lo habitual, está muy angustiada porque cree que algo malo le ha pasado”.
-Pensamientos Positivos: no significa ver las cosas color de rosa sino que la persona pone la atención en la “mitad del vaso lleno”, es decir, que frente a las dificultades que se le presentan, piensa de manera resolutiva, en soluciones, lo que le permite tener una adaptación saludable al medio.
Las autocharlas son diálogos internos que el sujeto mantiene consigo mismo sobre diferentes situaciones de la vida cotidiana, que en sus Pensamientos las vive de manera catastrófica, más grave de lo que realmente son.
¿Cómo estimular el optimismo?
Algunas pautas para mejorar nuestra calidad de vida pueden ser:
-identificar qué es lo que nos decimos a nosotros mismos, es decir qué tipo de pensamientos tenemos.
-cuando nos damos cuenta que estamos interpretando las situaciones de manera negativa y caemos en los diálogos internos (autocharlas), cortar para no sentirnos perturbados.
-tratar de pensar la misma situación de manera resolutiva.
-establecer una jerarquía de problemas teniendo en cuenta que las situaciones graves son 2 o 3, el resto tienen solución.
-valorar y agradecer todos los días por lo que SI tenemos, no darlo por hecho porque podría no estar.
-expresarnos de manera positiva.
Para mayor información:
Psicólogo Santiago Gómez
Director de Decidir Vivir Mejor y del Centro de Psicología Cognitiva
(Matrícula: 15.159)
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