Te gusta, pero piensas que no es el indicado porque, ¿qué? ¿Es mayor que tú? ¿Menor? ¿Antes le gustaba a tu mejor amiga? O cualquier otra razón. Pero ¿sabes qué? Nada de eso importa.
Ay, Romeo, ¿por qué eres más joven que yo? Primero que nada, dejemos algo bien claro: Las grandes diferencias de edad en realidad no son adecuadas cuando se trata de noviazgos durante tu época de estudiante, pero si él sólo va un año antes (o después) que tú, ¿qué importa? Siempre y cuando sepas que los dos son compatibles en madurez, ¿para qué preocuparse por la fecha de nacimiento? No le entres a esos juegos, en especial cuando se trata de números irrelevantes.
Ay, Romeo, por favor di que no eres el mejor amigo de mi hermano… ¿Así que estás enamoradísima del mejor amigo de tu hermano? Claro, puede parecerte raro al principio, sobre todo si lo conoces desde siempre, pero nunca te habías fijado en él hasta ahora. La verdad es que a tu hermano podría no gustarle mucho la idea de que su amigo ande con su hermana, pero si el enamoramiento es mutuo, no dejes que tu hermano lo sabotee con tontas ideas acerca de quién puede o no ser tu novio, ¿de acuerdo?
Ay, Romeo, nuestras escuelas son rivales y eso nos aleja… Julieta estaba enamorada de un chico con mallas y zapatos con hebilla porque él era auténtico y apasionado, aunque “no le convenía”. Pero ¿quién puso esas reglas? No son las reglas del amor. No puedes controlar quién te gusta, y no importa si están en la misma escuela o no. Fin de la historia.
Ay, Romeo, aunque te llamases de otro modo no dejarías de gustarle a mi mejor amiga… Quizá estés borrando de tu mente el prospecto de un fabuloso novio en puerta por una razón que aparenta ser muy válida, pero que resulta no tener ningún fundamento. Sólo habla con tu amiga para ver si ella ya no escribe el nombre de él en sus cuadernos. Si a tu amiga ya se le pasó el enamoramiento, no hay razón para que no te avientes. ¡Basta de dramas!