Mitos sobre el trabajo de la mujer en el Ceremonial.
Por Rosario Jijena Sánchez, directora de COE, (
www.coe.edu.ar )
El Protocolo es un conjunto de normas y reglas de aceptación general que se
observa en la práctica oficial. Está basado en el llamado principio de cortesía
internacional.
Ceremonial, por su parte, es un conjunto de formalidades que reglamenta las
relaciones entre altas autoridades y personalidades en las ceremonias y actos,
de acuerdo a un principio de igualdad jurídica, dando a cada uno de los
participantes el privilegio y las unidades a las que tienen derecho. El
Ceremonial es un elemento de orden, creado para evitar fricciones y resolver
divergencias.
A las mujeres que trabajamos en ceremonial, nos acusan de ser estructuradas a la
hora de tomar decisiones. Dicen que nos es difícil ser creativas, innovar o
asumir riesgos. Que estamos marcadas por los usos y costumbres. Que dependemos
del ámbito donde desarrollamos nuestra profesión, o que decimos que trabajamos
pero en realidad nuestro trabajo es solo diversión…
Esas son apenas algunas de las ideas que se tejen en torno a las nuestro
desempeño. Veamos qué hay de cierto y qué no, en cada una.
– Participar en cocktails, tés, reuniones y otros eventos, no es trabajar.
Es verdad que nuestro trabajo a veces nos lleva a participar en eventos, de los
cuales disfrutamos muy poco aunque nos vean con una copa en la mano. Porque en
la otra, probablemente tengamos el listado de los invitados, autoridades con sus
ordenes de precedencia, y una agenda telefónica. Además, estaremos analizando
como resolver conflictos que surgen a último momento, si un invitado llega sin
su esposa cuando ya estaba su lugar reservado en la mesa, o venga acompañado por
otra persona más, que por su jerarquía no puede ocupar ese lugar. La sonrisa en
la cara y la copa en la mano pueden estar indicando solo nuestra habilidad para
disimular un momento complicado.
– Eligió esta profesión para viajar gratis.
No todo lo que reluce es oro. Y si bien puede ser muy agradable tomar un avión,
alojarse en hoteles 5 estrellas o recibir a personalidades, parte de nuestro
trabajo consiste en estar permanentemente atentas a todos los detalles. Los
viajes pueden ser muy cansadores, en particular si estamos trabajando antes,
durante y luego del vuelo. Ni que hablar si hay contratiempos con las partidas o
arribos, o en el destino donde al llegar tenemos que organizar un evento.
– Si es profesional, deja de ser femenina.
Una cosa no es excluyente de la otra. Al contrario, y sobre todo en esta
actividad en la que estamos expuestas a las miradas de todos. Las mujeres que
trabajamos en ceremonial debemos tener el suficiente criterio para darnos cuenta
que nos están observando pero que por otro lado estamos trabajando. Aunque nos
desempeñemos en una fiesta, no somos una invitada. Por esto, nuestra
vestimenta deberá ser discreta.
– No podrá conciliar sus relaciones laborales con las afectivas, y atender
compromisos familiares.
¡¿¿Por qué no??! Es cierto que, como toda mujer que trabaja, quizá debamos
acomodar horarios, ser más creativas y mas organizadas, pero nada nos impide
tener una vida personal, amigos, formar una familia y criar hijos.
– No puede entablar una conversación sobre política o negocios, porque no
conoce de esos temas.
¿Por que no? Justamente, nuestra profesión nos exige estar informadas. Quizá
tengamos que recibir a un diplomático en un aeropuerto y acompañarlo hasta un
hotel, y a esa persona le agradará
que estemos al tanto de lo que ocurre en su país. Por el contrario, lo ideal es
estar muy informadas.
– Que trabaja en esta profesión sólo para relacionarse.
Indudablemente, esta es una actividad social en la que se está con gente, pero
lo cierto es que a veces ni siquiera reparan en nosotras.También hay que
recordar que a veces tenemos que estar muchas horas de pie y a la intemperie;
que no podemos ponernos una bufanda, guantes o un abrigo muy grueso, y quizá
deberemos estar varias horas en un acto público, yendo y viniendo, con frío o
con calor.
– Que por estar tan pendiente de todas sus actitudes, termina siendo
antinatural.
La verdad es que mientras estamos cumpliendo nuestro rol debemos abocarnos a él,
y no seríamos buenas profesionales si no estuviéramos cumpliendo todas las
pautas. Por un lado porque están prefijadas, y por otro porque es lo que
corresponde y se espera de nosotras.