El Día Mundial Sin Tabaco tiene como propósito fomentar un período de 24 horas de abstinencia de todas las formas de consumo de tabaco alrededor del mundo. Se celebra en todo el mundo el 31 de mayo de cada año.
Cada año en Argentina, mueren más 40.000 personas por enfermedades relacionadas con el tabaco. Esto representa el 16 % del total de las muertes de personas mayores de 35 años.
Se estima que el 50% del cigarrillo está compuesto por hojas de tabaco, el 30% por tabaco reconstituido y el 20% por tabaco expandido con dióxido de carbono.
Las hojas de tabaco contienen NICOTINA, esta se absorbe rápidamente y llega al cerebro en unos 10 segundos lo cual explica su alto poder adictivo.
Al fumar un cigarrillo, se genera un proceso de combustión incompleta con temperaturas que llegan a los 1000 ºC, y que transforman los componentes originales de la planta.
El humo de tabaco contiene unos 7.000 componentes, de los cuales casi 70 son sustancias que producen cáncer (por ejemplo: arsénico, benceno, berilio (un metal tóxico), 1,3-butadieno (un gas peligroso), cadmio (un metal tóxico), cromo (un elemento metálico), óxido de etileno, níquel (un elemento metálico), polonio-210 (un elemento químico radiactivo) o cloruro de vinilo) y otros pueden ser tóxicos para el cuerpo humano.
El humo visible representa sólo el 5-8% de lo que se produce al fumar un cigarrillo. El resto está compuesto de gases invisibles, entre los que se incluye el gas cianhídrico, un gas venenoso que reduce la capacidad del organismo para transportar oxígeno y el monóxido de carbono (CO) un gas muy tóxico que constituye del 3 al 6% del humo inhalado, interfiere en el transporte del oxígeno. Al fumar, todos los órganos reciben menos oxígeno.
El alquitrán es un residuo negro y pegajoso que contiene miles de sustancias químicas que se desprenden en el humo del cigarrillo, sus restos quedan depositados en el pulmón obstruyendo los bronquios y afectando la respiración.
El consumo de tabaco es la principal causa de enfermedad, discapacidad y muerte en el mundo. Cada año mueren más de 5 millones de personas en el mundo a causa del tabaquismo. Se estima que la mitad de los fumadores muere de una enfermedad relacionada al consumo de tabaco y que viven en promedio 10-15 años menos que los no fumadores
Las principales causas de muerte por consumo de tabaco son:
enfermedades del corazón, cáncer y enfermedades respiratorias.
En las mujeres, se suman a estas complicaciones los trastornos de aparato reproductor.
Al humo ambiental del tabaco (o humo de segunda mano) se le agregó hace unos años el concepto de humo de tercera mano, que es aquel que describe la invisible mezcla de gases y partículas que permanecen adheridas al pelo y la ropa de los fumadores, a los muebles y a las alfombras o tapizados luego de que el fumador ya ha apagado su cigarrillo. Estas sustancias incluyen metales pesados, sustancias cancerígenas e incluso materiales radioactivos que pueden permanecer hasta dos semanas después de que se ha ventilado la habitación donde se estuvo fumando. Los niños menores de edad son los más perjudicados por este tipo de humo. Los niños pequeños, sobre todo, pueden tomar contacto o incluso ingerir estas sustancias, especialmente cuando gatean o juegan en el piso.
Por esto, cerrar la puerta de la cocina para fumar o abrir las ventanas NO protege a los niños ni al resto de la familia de los efectos dañinos del humo. La única manera de proteger a su familia de los efectos del humo del cigarrillo es declarar su casa y su auto como 100% libres de humo de tabaco. Haga clic acá para leer más al respecto.
La exposición al humo de tabaco puede causar efectos inmediatos o a largo plazo.
Los efectos inmediatos son similares en niños y en adultos e incluyen irritación de los ojos, la nariz, la garganta y los pulmones; dolor de cabeza, náuseas y mareos.
Las pruebas acumuladas muestran que la prohibición completa de la publicidad reduce el número de personas que adquieren o mantienen el hábito de fumar. Las estadísticas muestran que la prohibición de la publicidad y el patrocinio del tabaco es una de las medidas más costo eficaces para reducir la demanda de tabaco y constituye por tanto una de las “mejores inversiones” para combatirlo.
Para mayor información:
Dra. Marcela Polizzi
MP 63.171
Especialista en Oncología y Directora de Fundación – Centro Médico OncoSalud.
f.oncosalud@gmail.com / www.fundaciononcosalud.com.ar