Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 360 millones de personas en todo el mundo padecen pérdida de audición discapacitante. Si bien la mayoría de los casos tiene relación con la edad avanzada, 32 millones de afectados son niños menores de 15 años.
Una de las causas principales de esta discapacidad son las infecciones del oído, originadas por enfermedades como la meningitis, el sarampión, las paperas y la rubeola, especialmente en los países de ingresos bajos y medios. A su vez, estas infecciones en los oídos pueden producir, simultáneamente, perforación o ruptura del tímpano, especialmente durante la infancia.
Una infección en el oído origina que se acumule líquido detrás del tímpano y, a medida que la presión aumenta, éste se puede agujerear o romper. Cuando esto ocurre, los síntomas más comunes son dolor de oído, supuración y disminución o pérdida de la audición.
La Fonoaudióloga Alicia Fernández Zubizarreta, directora técnica de Widex Argentina, explica que «dependiendo del tamaño y ubicación de la perforación, va a determinar el nivel de hipoacusia o pérdida auditiva. Si la perforación es pequeña, puede cerrarse espontáneamente en pocas semanas y se recupera la audición. Caso contrario, y dependiendo de las causas de la perforación, si la membrana no se reconstruye por sí sola, será el médico especialista quien evaluará la gravedad y tratamiento adecuado.”
También la perforación timpánica puede ser producida por un trauma, por ejemplo, cuando un hisopo es empujado muy dentro del canal auditivo o por una explosión repentina.
Algunos consejos a tener en cuenta para proteger los oídos de los chicos de las infecciones son:
– Vacunarlos contra las enfermedades propias de la infancia.
– Evitar que les entre agua sucia en los oídos. Colocarles tapones diseñados especialmente para sumergirse en el agua.
– Evitar que se golpeen en la zona de las orejas ya que pueden afectarle al tímpano y propiciar infecciones.
– Enseñarles que no se coloquen ningún objeto en el oído.
– Ante cualquier síntoma de infección, como dolor o supuración del oído, llevarlos de inmediato al médico para realizar un diagnóstico temprano y aplicar un tratamiento de manera inmediata.
Asimismo, se atribuyen otras causas principales de la pérdida de la audición como la exposición al ruido excesivo, las lesiones cerebrales, el envejecimiento por la edad, condiciones hereditarias y problemas durante el embarazo.
Cabe señalar que la OMS estima que aproximadamente la mitad de los casos de pérdida de audición pueden prevenirse fácilmente y muchos pueden tratarse si se detectan precozmente. Por lo tanto, se recomienda consultar siempre a un profesional en salud auditiva para que efectué el diagnóstico exacto.