La experiencia de ser mamá joven
La experiencia de ser mamá joven
Por Lic. Marisa Russomando, Psicóloga
(MN) 23189, www.marisarussomando.com.ar
, Directora de Espacio La Cigüeña.
Se trata de una situación cada vez más frecuente debido a diferentes
motivos asociados tanto a lo cultural, como a lo singular de cada una.
A partir de esta llegada temprana a la maternidad, se da un cambio en
la manera de concebirla.
Algunas de ellas podrían ser pensadas como puntos fuertes en relación a
características asociadas a la edad como lo son: la menor formación con
la que las mujeres llegan a esta etapa, su incipiente madurez, el menor
registro de riesgos, pero en la mayoría de los casos acompañadas de una
conciencia de lo que un embarazo y la llegada de un hijo significan en
la vida de un adulto. Es por ello que estas mujeres demandan más
información y preparación a lo largo de este proceso.
En relación a su edad, en muchos casos se presenta esta etapa asociada
aún a situaciones de dependencia económica y emocional respecto de su
familia de origen. Esto podría traer como consecuencia, algunas
dificultades a la hora de establecer líneas autónomas de crianza, más
allá de las que los flamantes abuelos intenten desarrollar. Por ello es
fundamental el concepto de familia en su sentido acotado que puedan
construir con su pareja y decidir las cuestiones del embarazo y de la
crianza según sus auténticas opiniones y posiciones.
La noticia seguramente sorprenderá a la familia y es esperable que
demande un tiempo de aceptación de la nueva etapa para luego encontrar
la posición más saludable de cada uno en esta historia que comienza a
escribirse.
A partir de allí las preguntas más frecuentes
son:
– Será el mejor momento?
– Seré una buena madre?
– Será para mí la maternidad?
Y es que a su vez cada vez nos encontramos con más mujeres que se
animan a cuestionar la maternidad como su destino, decidiendo en
algunos casos no responder a esta demanda considerada cultural.
Cuando estas preguntas surgen y no se logra despejar el deseo más
propio, es importante apoyarse en la pareja, contar con la familia,
conversar acerca de lo que en cada uno despierta este tema y en caso de
necesitarlo pedir ayuda profesional. Se trata de llegar al embarazo y
nacimiento de nuestro hijo de la mejor manera posible.
Luego del ansioso tiempo de espera, devendrá un tiempo de grandes
cambios. Se trata de los impactos que el embarazo traerá en nuestro
cuerpo, en lo emocional, laboral y en el mundo de nuestras relaciones.
En esta etapa de la vida suele darse el mayor porcentaje de embarazos
sorpresivos.. Solidario a estos datos, se da también con
frecuencia el hecho de enfrentar el embarazo sola ya sea por elección o
por otras situaciones de la vida como separación, relaciones
circunstanciales, abandono…
Es ahí donde las preguntas toman más fuerza…podré?, podré cuidar de
mí y de mi bebé sola?..
Es importante tener presente que estar sola de pareja no implica estar
sola frente a la crianza de un hijo. Se trata de armar una red de
contención que acompañe a la madre soltera a vivir este proceso de la
manera más saludable y alegre posible.
Repentinamente llega una personita que depende de esa mujer, que
requiere horarios, rutinas, cambios en lo cotidiano, prioridades nuevas.
Se trata de un mundo nuevo al que hay que dedicarle tiempo para conocer
al bebé y descubrir actividades para compartir.
Si nos disponemos a dejarnos tocar por este nuevo rol, si nos
animamos a dejarnos llevar será sin duda una experiencia única,
enriquecedora y amorosa