La aromaterapia y el estrés de la piel
Por Karina Parada, Directora de Devas,
www.devas.com
El ritmo de la vida cotidiana y el estrés tan habitual en estos días se cobra
la factura en nuestro cuerpo, y la piel no queda exenta de esto, manifestándose
con distintas afecciones que pasan de una simple deshidratación, a eccemas,
dermatitis, alergias, erupciones entre otras.
El estrés es una respuesta natural del cuerpo a las situaciones que lo amenazan
y que repercute en la estabilidad emocional y física. Es una forma de mantener
alerta al organismo.
Aunque el estrés tiene una función positiva en el ser humano, que es la de crear
un estado de atención y pronta respuesta a la adversidad, experimentarlo en
forma sostenida e intensa puede afectar nuestras capacidades físicas y
emocionales. Por ello, es necesario aprender a encauzarlo y a sacarle el mejor
partido.
Ante una situación de estrés prolongada, la respuesta del organismo se da a
través del cansancio, la fatiga o un aspecto enfermizo. La piel reacciona ante
ese estado mostrándose sin color, con signos de cansancio y envejecimiento
prematuro.
Nuestra piel experimenta el estrés de dos formas distintas: desde dentro del
organismo debido a enfermedades, una nutrición inadecuada, tensiones provocadas
por el trabajo o la familia; y exteriormente, debido a la contaminación del
ambiente, el ruido o por trabajar mucho tiempo en sitios cerrados.
Podemos sufrir estrés sin darnos cuenta, ya que éste se manifiesta de muy
diversas maneras, como la falta de apetito, dificultades para dormir,
entumecimiento de los músculos, falta de apetito sexual o incluso cambios
bruscos de humor. Pero los síntomas cambian según el tipo de piel.
El estrés se manifiesta sobre todo en la descamación, escozor y picazón de la
piel o bien, la piel se presenta apagada, con un tono que nos da una
apariencia enfermiza que puede deberse a la contaminación o la falta de
hidratación. Cualquiera sea el caso, es recomendable iniciar un tratamiento
adecuado que devuelva a la piel su aspecto saludable.
Recuperar el equilibrio habitual
Si bien existen productos que contribuyen a mejorar nuestra piel, es
fundamental eliminar la causa o una de las causas del problema: el estrés. El
estrés no puede eliminarse pero puede controlarse.
Para contrarrestar los factores que produce el estrés, aparte de aplicar el
producto específico para la afección, se puede recurrir además a la aromaterapia
para equilibrar nuestro cuerpo-mente-espíritu de forma que el organismo recobre
el equilibrio habitual.
Con sólo unas gotas en un hornillo podemos disfrutar de un aroma que relajará
nuestros sentidos y nuestro cuerpo.
Hay productos en el mercado que ya vienen con la combinación justa de aceites (estrés,
oficina, insomnio, armonización, etc.) proporcionándonos el efecto que buscamos,
o bien lo podemos armar nosotros:
Aceite esencial Lavanda: Relajante, emoliente, calmante, combate el acné,
estimula la regeneración celular.
Aceite esencial Tea Tree: Antiséptico, bactericida, tonificante del ánimo
Aceite esencial de Geranio: Regulador sebáceo. Reduce el estrés y la tensión
nerviosa.
Eucalipto: Descongestivo, refrescante. Aplaca los ánimos y contribuye a relajar
el ambiente.
Azar: Alivia la ansiedad y el estrés. Contribuye a regenerar las células y a
mejorar la elasticidad de la piel.
También, los aceites esenciales pueden ser mezclados (1 gota en 1 ml) en aceite
vehicular (almendra, jojoba, etc.) para realizar masajes. Es importante destacar
que antes de utilizar cualquier aceite esencial debe hacerse una prueba de
irritabilidad. Una forma es colocar unas gotas de la mezcla en el antebrazo.
Cuidados indispensables
La piel de la cara es muy delicada. Entre los primeros pasos para el cuidado
de la piel, la limpieza es indispensable ya que permite la correcta oxigenación
del cutis y por consiguiente una buena regeneración celular.
Debes limpiarte la cara por lo menos dos veces al día. Normalmente nunca más de
tres veces ya que la limpieza excesiva reseca la piel.
La piel no debe estirarse y los movimientos deben ser siempre hacia arriba. La
limpieza aunque toma solo unos segundos debe ser una oportunidad para activar la
circulación. Esto se hace con movimientos circulares usando la punta de los
dedos a la concavidad (succionando con ella) de las manos.
¿Cuándo es necesario comenzar? Si bien no hay una edad específica, es cierto que
las adolescentes comienzan a maquillarse cada vez a más temprana edad y esto
tendría que venir acompañado de las primeras limpiezas de cutis para retirar el
maquillaje, porque como ya se sabe, con respecto a la piel, todo lo que podemos
prevenir es nuestro mejor aliado.
El mercado ofrece muchas variantes de productos. En estos primeros inicios es
conveniente elegir productos livianos geles o cremas de bases acuosas-
destinados solamente a hidratar.
Hay casos que, por exceso de exposición solar u otros factores requerirán otro
tipo de productos, los cuales sería conveniente , que estén indicados por una
cosmiatra o profesional competente.
Para finalizar no debemos olvidar que el primer cuidado que debemos dar a la
piel y esto no excluye ninguna edad es protegerla del sol.