Aromaterapia, una respuesta holística para cuidar la salud
Por Karina Parada, directora de Deva s.
La Aromaterapia se basa en el uso de los aceites esenciales naturales extraídos
de árboles, arbustos, hierbas y flores de todo el mundo.
A través de ella se busca que afloren los procesos de curación innatos en cada
persona, como respuesta cada aroma.
Los altos niveles de exigencia, el estrés, la rutina y el ritmo propio de la
actualidad, han llevado a que muchas personas
adopten la Aromaterapia para contrarrestar los malestares y efectos
derivados de estos factores.
La Aromaterapia permite tratar las dolencias y afecciones corporales
en forma holística, es decir, considerando la integridad cuerpo-mente-
espíritu.
Esto significa abordar no solo la sintomatología física,
sino que además se tienen en cuenta las emociones, que suelen ser la
causante de muchas afecciones.
Los aceites esenciales no producen efectos colaterales, pero no
reemplazan a ninguna prescripción médica, por tratarse de una terapia
complementaria.
Gracias a la amplia variedad de modos en que pueden utilizarse los
aceites esenciales, se adaptan fácilmente a las distintas necesidades
y estilos de vida.
A la hora de elegir, es fundamental verificar que se trate de aceites
puros, naturales y no diluidos, ya que los armados químicos carecen
de las propiedades de la planta.
Cada aceite esencial brinda un aroma y efecto particular, según la
planta
de la cual fue obtenido.
Los precios varían de acuerdo a la cantidad, tipo y procedencia de
materia prima utilizada en su elaboración, la cual es extraída de
distintas forestaciones vírgenes del mundo.
El aroma como fuente de bienestar
Uno de los beneficios de la aromaterapia es la variedad de usos que
ofrecen los aceites esenciales: hornillos, compresas frías o
calientes (según el caso), en mezcla para masajes, baños de
inmersión, etc.
La eficacia no radica tanto en el momento del día en que se utilicen,
sino en una elección adecuada de los mismos y en el método que se
adopte para tratar la dolencia (stress, contracturas, estados de
ánimo, golpes, resfríos, dolores de cabeza, dificultades
respiratorias, entre otras).
Los aceites actúan por dos vías:
A través del olfato: al inspirar las pequeñas moléculas del aceite
esencial que se encuentran en el aire (evaporación mediante
hornillos, o inhalación directa), son llevadas a los pulmones, donde
se produce el intercambio gaseoso, proceso por el cual pasan al
sistema circulatorio.
A través de la piel: mediante la aplicación de cremas, lociones,
aceites, baños aromáticos, compresas (frías o calientes).
Las
minúsculas moléculas del aceite esencial atraviesan la piel
(epidermis) y alcanzan la capa más profunda (dermis), donde los
numerosos capilares que se encuentran en ella las absorben,
transportándolas al sistema circulatorio.
Posibilidades de uso
Hornillos
Para utilizar alguna de las combinaciones mencionadas en el
hornillo, se deben colocar 5 ó 6 gotas en el cuenco superior y
llenarlo de agua caliente.
La evaporación, provocada por la vela encendida, enviará las
partículas aromáticas al ambiente, trasladando las propiedades
naturales de los aceites esenciales a nuestro organismo, por inhalación.
Masajes
Mezclados con aceite vehicular (almendras, jojoba), los aceites
esenciales pueden utilizarse para masajes, nunca deben aplicarse
puros sobre la piel.
Baños aromáticos
Los aceites esenciales pueden utilizarse también para baños, pero
deben estar previamente diluidos en aceite vehicular.
Compresas (calientes o frías):
Para tratar diversos malestares físicos.
Fórmulas para el hogar y el trabajo
Hay combinaciones de dos o tres aceites esenciales que pueden
prepararse para lograr un efecto determinado (concentración,
relajación, distensión, equilibrio, renovación, etc.)
Algunos
ejemplos válidos tanto para el hogar como para la oficina:
Para el stress (lavanda, azahar): contribuye a equilibrar el sistema
nervioso central, libera tensiones, genera una sensación de bienestar.
Para la oficina (peppermint, pino, lemongrass): despeja la mente,
favorece la concentración y combate la apatía.
Para el insomnio (lavanda, melisa): favorece la relajación, promueve
el buen descanso.
Para la armonización (limón, bergamota, alcanfor): crea el clima
ideal para meditar, aquieta la mente y despeja el ambiente.
Para la intimidad (ylang ylang, rosa, jazmín): crea un clima de
intimidad propicio, favorece el acercamiento.