Primero que nada quiero aclarar que el juguete es solo una
herramienta, lo importante en sí es el juego. Entre los 3 y los 6 años los
niños se encuentran en una etapa de constante búsqueda de la estimulación de los sentidos. Una etapa de fantasía e imaginación, de gran
actividad física y desarrollo cognitivo. Los juguetes más adecuados para esa
edad son aquellos que favorezcan el desarrollo y aprendizaje del niño.
A través
del juego el adulto puede enseñar al niño y aprender mucho de su hijo. Un niño
perseverante tenderá a intentar una y otra vez aquello que no le salga sin frustrarse
demasiado, por el contrario un niño que parece seguro de sí mismo, en el juego
puede demostrar temor a la reprobación o a equivocarse. Es cuestión de tomarse
el tiempo de jugar con tu hijo y observar sus actitudes con respecto a determinadas
situaciones para poder ayudarlo o incentivarlo.
Las niñas a diferencia de los
varones son más comunicativas y su juego es tranquilo, generalmente optan por
jugar de a dos o tres amiguitas, optan por los juguetes como bebotes y muñecas.
Los padres deben entender que cada hijo es único y educarlo para vivir en una
sociedad igualitaria pero también deben respetar sus diferencias y ayudarlos a
desarrollar sus capacidades.
Los juguetes que más ayudan a que los niños se
relacionen de una manera creativa son los juguetes unisex, como los
rompecabezas, las piezas geométricas para armar, libros de cuentos,
instrumentos musicales, sogas para saltar. Este tipo de juguete ayuda al desarrollo
de sus capacidades físicas, intelectuales y creativas.
En esta etapa el muñeco
actúa como símbolo del mundo real, por lo tanto el bebote es un buen juguete
también, con el la niña podrá identificarse, aprender de su cuerpo y podrá
realizar juegos de roles a través de la imitación de situaciones reales y
fortalecer su imaginación. Volvamos a repetir, el juguete es una herramienta,
el juego es lo importante y sobre todo si este ayuda a consolidar la comunicación
entre padres e hijos.