Equinácea
Echinacea purpurea/ Echinacea
Los botánicos llamaron a la planta como el erizo (Echinus) para describir su centro espinoso como piña.
Es una de las plantas más utilizadas para estimular las defensas de nuestro organismo y cientos de estudios científicos indican que la equinácea puede auxiliar la función inmune
Descripción: Planta perenne cuyos tallos huecos pueden alcanzar hasta un metro de altura. Posee hojas alargadas, estrechas y recubiertas de vello y vistosas flores de color malva que crecen en el extremo de los tallos. Su época de floración comienza en junio y acaba en agosto.
Historia y simbología: La Equinácea es una hierba popular originaria de la región del oeste medio de Norteamérica. Las tribus indias de Nebraska utilizaron la equinácea como antiséptico y analgésico y los Sioux la utilizaron como un remedio contra la mordedura de serpiente. En 1885 se introdujo en la medicina Americana como un depurativo de la sangre. Los investigadores alemanes han estudiado a la equinácea y sus efectos en el sistema inmune desde 1930 demostrando que la raíz de la equinácea posee propiedades antivirales. Sin embargo,
su principal acción es como estimulante del sistema inmunológico. Ahora, la equinácea no sólo siguen usándola los aborígenes americanos como remedio tradicional, sino que en países como Alemania está aprobada para tratar infecciones respiratorias y urinarias y para cicatrizar heridas. Además, es una de las hierbas medicinales más importantes y utilizadas en todo el mundo.
Origen y distribución: Originaria de América del norte, se cría en las llanuras y en los márgenes arenosos de los ríos. Cultivada como planta medicinal en numerosos países centroeuropeos, está naturalizada en muchos lugares de Europa. El género Echinacea cuenta en Estados Unidos con 9 especies, de las cuales también se utilizan como medicinales y con aplicaciones muy similares la Echinacea pallida y la Echinacea purpurea, ésta última más utilizada en Europa.
Extracción: De esta planta se utilizan la raíz, las sumidades floridas y las hojas, recolectadas en otoño, pero principalmente se utiliza la raiz.
Características: La equinácea aumenta la producción y actividad de los leucocitos, destruyendo invasores como virus y bacterias perjudiciales. Aumenta la migración de leucocitos a las áreas de infección aguda, acelerando así los procesos de recuperación y curación. Aumenta la producción de interferón, un compuesto producido por el cuerpo que estimula la síntesis de proteínas que bloquean la infección vírica. Previene de forma natural la propagación de virus al inhibir una enzima que usan ciertos virus para diseminarse con mayor velocidad por los tejidos corporales. Por este motivo,
se emplea como preventivo de todo tipo de infecciones, desde resfrío, gripe, hasta afecciones de la piel y problemas respiratorios. Posee propiedades desinflamatorias y combate infecciones
también cuando ya hemos contraído resfrío, amigdalitis, faringitis o gripe, reduciendo la intensidad de los síntomas y acelerando el proceso de recuperación.
Aplicaciones:
Recuperación para personas que estuvieron recientemente enfermas.
Agotamiento Físico
Fiebre
Sistema inmunológico débil, defensas bajas
Cansancio mental
Productos naturales disponibles con Equinácea:
Esencia para Baño
Cremas con equinácea
Leche para piernas