Estoy comenzando a desesperarme.
Tengo miles de palabras sin lograr formar frases.
En blanco.
Si escribo, deberé cuidar las formas.
Si no escribo, la angustia pretende ocupar un lugar. No la dejo.
Cuánto tengo.
Cuánto sostengo.
Son minutos transformándose en eternidad.
Miseria.
Poco.
La nada misma.
Queriendo apropiarse de lo que no le pertenece.
Soy optimista, falta menos.
Está ingresando un frente de inspiración.
Relampaguea.
Tengo imágenes que se disparan.
Firmeza.
Pasión.
Terremotos internos.
El teclado me dice que lo deje en paz por un momento.
Es en ese instante en donde le pongo los límites.
Capacidad dejándome inválida.
Sin palabras.
O con muchas cosas.
Todo a la vez.
Nada queda atrás.
Piso firme.
Allá veo mi rostro.
Queriendo reflejarse en el aire.
Manifiesto tener temor.
Hay que dejarse ver con los defectos.
Se llega a comprender.
Soltar a la angustia.
Está junto a mí.
No la dejo me tome por sorpresa, pero toca mi ser.
Dónde estás locura.
Te permito subir.
Sin vos estoy a la deriva.
Eres la fuente más poderosa de mi inspiración.
Canto callada.
La voz recién despierta de un largo sueño.
Suspiro.
El corazón late con fuerza.
Me toma una inmensa ola por sorpresa dejándome empapada.
Siento ruido en la panza.
Lleno una copa con malbec.
Prendo el equipo de música y los violines,arpas, triángulos, bajo,violonchelo, piano, se escuchan hermoso.
Armonía.
Estoy cansada.
Disparo un grito.
Lo que creí dominaría el día, está desapareciendo.
Las letras se pusieron a jugar.
Oraciones.
Puedo ver lo que salió.
No es poco.
Locura te encontré, arrinconada por la oscuridad que quiso dominarme.
No me dejaste, sólo te hiciste a un lado.
Me encuentro en calma.
Ana Alemán.
@Ani_Alemán