Piel y primavera: tips para que se transformen en aliadas
Por Karina Parada, Directora Deva’s,
www.devas.com
La llegada de la primavera supone una etapa de cambios a
los que nuestro cuerpo ha de ir acostumbrándose. Y, como no podía ser de
otra manera, también nuestra piel. Así, no hay que olvidar que, generalmente, la
nueva estación sorprende a tu cutis tras el largo invierno en mala situación.
¿La razón? El frío produce una disminución del flujo sanguíneo, una baja
oxigenación y una nutrición deficiente y, por lo tanto, al final del invierno la
piel está más deshidratada, más reseca y con redes vasculares más marcadas. Por
ello, nuestro organismo y nuestra piel necesitan una cura de limpieza, necesitan
renovarse.
Los cuidados de la piel en primavera deben ir encaminados a recuperarla de su
etapa invernal y a protegerla de las agresiones futuras. La limpieza a
través de leches limpiadoras, así como otros preparados cosméticos que renuevan
la piel, son muy útiles, y es que una buena hidratación es la base fundamental
para mantener la piel en buenas condiciones de cara al verano. Para ello son muy
importantes las cremas hidratantes y una ingesta adecuada de líquidos.
Tiempo de alergias e irritaciones
Además, con los primeros rayos de sol, el mundo vegetal florece; sin duda, un
auténtico tormento para quienes sufren problemas de alergia. Sus indeseados
efectos secundarios no se limitan a estornudos incontrolables, narices irritadas
y ojos llorosos: la piel también sufre. El cutis se muestra hipersensible, y
reacciona de forma exagerada ante cualquier estímulo, incluidos los productos de
tratamiento habituales, por lo que conviene adoptar medidas de protección y
prevención extremas. Si es tu caso, huye de cualquier producto potencialmente
irritante, y opta por cosméticos hipoalergénicos y suaves que no alteren el
equilibrio cutáneo. No está de más tener a mano un vaporizador de agua termal
para rociar sobre los rostros irritados: su contenido en minerales y activos
calmantes ayuda a relajar y descansar hasta las pieles más alteradas.
Mascarillas y un hueco para el relax
También se pueden emplear mascarillas limpiadoras, la forma más sencilla, más
cómoda y más rápida para renovar la piel de nuestra cara. Su acción sobre la
piel suele ser rápida y de efectos inmediatos y visibles. Nada más retirarla,
notaremos la piel más relajada, sin manchas ni impurezas. Aunque en la
actualidad muchas mascarillas pueden aplicarse sobre el rostro sin alterar
nuestra actividad, es más recomendable que durante el tiempo de acción nos
mantengamos en reposo y lo más relajadas posible, pues así sumaremos a su efecto
terapéutico directo, la influencia tan positiva que tiene la relajación física y
psíquica sobre la agresión del rostro.
Y no se puede olvidar la dieta. Si es equilibrada y sana, con alimentos ricos
en antioxidantes, carotenos y vitaminas A y E, es muy beneficiosa. Por último,
hay que incrementar en esta época la protección. En ocasiones, el sol de
primavera es más fuerte de lo que parece y, además, la piel está más sensible
ante sus efectos. Por eso, un día en la playa o en la montaña puede ocasionarnos
algún susto en forma de inesperada quemadura, por lo que el uso de filtros
solares adecuados se hace indispensable.