De niño a adolescente
Por Gabriela Reggiori, DeChicos.net
www.dechicos.net
A medida que los niños van creciendo, la decoración de su
habitación infantil se debe modificar para adecuar su cuarto a las necesidades
que corresponden a las de un adolescente. Tanto el cuerpo, como la mente, en la
adolescencia experimentan enormes cambios y el dormitorio del niño debe
evolucionar de forma paralela a ellos.
Su habitación es el espacio donde el adolescente pasa más tiempo en la casa,
donde crece y realiza sus actividades cotidianas y su decoración debe contribuir
al desarrollo de su carácter, el cuarto debe ser un espacio donde se sienta
cómodo para reflexionar y evolucionar, donde se sienta seguro y a gusto, será su
refugio donde tener intimidad.
El primer síntoma será que querrá que empiecen a desaparecer los jeguetes y
muñecos que le hacen recordar su vieja etapa, pero no habrá que descartarlos por
completo, porque el crecimiento es un vaivén de sensaciones, de modo que en
algún momento los pedirá nuevamente y los volverá a rechazar.
La transformación de la deco
Todo depende de dónde partas: si la propuesta de niño fue excesivamente
infantil, será difícil hacer un cambio en pocos pasos. Pero algunos recursos
pueden ser útiles: los colores, los accesorios
y las texturas ayudarán a facilitar el recambio.
La configuración del espacio podrá ser similar a la que tenía cuando era
niño, una área para el descanso, una para el estudio y una para el ocio, debemos
tener en cuenta que un adolescente ya tiene una enorme capacidad de decidir
acerca de lo que quiere, ya tiene gustos propios y por lo tanto deberemos
dejarle participar en la elección de muebles, colores y elementos decorativos.
Hacerlo participar ayudará a que se sienta identificado. Va a necesitar ser
escuchado para que luego sienta que el cuarto ha sido hecho a su imagen. Un
recurso práctico es elegir un color a su gusto para pintar una pared. Acorde a
ello, se pueden incorporar algunos accesorios ( como acolchado, almohadones,
pantallas,) Algún tema de su preferencia como deportes, autos de carrera,
música, también podrán ser temas de la decoración.
Una adecuada combinación de colores, madera maciza, detalles en acero mate y
mucha luz natural son las bases para comenzar a decorar. Elementos puntuales
como un espacio para la música, un corcho donde colgar las fotos de sus amigos,
cajones, un gran armario, un espejo y unos cuadros de su gusto decorando la
pared, harán el resto.
Colores alegres para dar vitalidad y fuerza, claros para dar serenidad, oscuros
que invitan a la reflexión con un denominador común, confort y funcionalidad de
cara a servir al desarrollo de los
más jóvenes.
Los espacios que no deben faltar
Mientras que para los niños las áreas de juego y descanso son elementales, en
el adolescente la primera cambia por la necesidad de un ámbito social propio,
donde amigos se quedarán a dormir o tendrán largas charlas en privado.
Los espacios de estudio se acrecientan con mayores demandas de áreas de guardado
y mejor disposición para la realización de tareas.
Es en estas dos áreas donde se recomienda invertir de manera más intensa: sumar
alguna especie de asiento convertible en cama ayuda cumplir la doble función de
recibir amigos y también de invitar a alguno de ellos a dormir. Todo esto, sin
tener que hallar recursos fuera del propio cuarto.
En cuanto al escritorio, siempre será mejor optar por un diseño a medida que
utilice al máximo el espacio disponible de manera inteligente. Computadora,
libros, conexiones eléctricas y mesa de
trabajo deben integrarse sabiamente para lograr eficiencia en el diseño, pero
también en el despliegue de tareas. Uno de los secretos para realizar bien las
demandas escolares es generar un espacio amigable para ello.
Algunos truquitos básicos
– Apelar a los hobbies y gustos para utilizarlos en la decoración. Así
como antes los muñecos decoraban, ahora para los varones, la colección de
pelotas de tenis, rugby, la guitarra eléctrica, consolas de juegos, y para las
mujeres siempre es bueno pensar en espacios femeninos, (áreas de maquillaje,
áreas de guardado de accesorios como bijuoteri, carteras, cinturones, etc),
pueden pasar a ser un eje temático para darle espíritu al espacio.
– Usar esos detalles es una manera de ordenar el cuarto sólo decorando y,
además, si el hobbie desaparece, no es algo costoso de eliminar.
– Equilibrar las áreas de guardado abiertas, (donde queden expuestas sus
pertenencias), y cerradas con puertas y cajones, (donde poder guardar aquellas
cosas que producen desorden a la vista, ejemplos, carpetas de años anteriores,
apuntes, etc)
– La lámpara puede dar mucha personalidad y puede ser un recurso simple.
Hay opciones de pantallas diseño y que, al ser poco costosas, también son
fáciles de cambiar en un trist.
– La silla del escritorio es un recurso en el que hay que invertir. Debe
ser ergonómica: los adolescentes pasan mucho tiempo estudiando o en la
computadora en ellas.
– Recursos alternativos de iluminación es otra de las claves para invertir:
los niños no necesitan tantos espacios lumínicos sectorizados, pero los teens ya
requieren de luces focales que colaboren en crear climas de acuerdo a sus
actividades.
– Recurrir a un asesor para que, al menos, realice un diagrama general de
disposición del ambiente, para que ayude en la distribución del espacio y,
además, aporte ideas que no habían sido
consideradas. Aún cuando no se utilice luego el diseño completo, seguramente
"abrirá" la cabeza para reconocer las potencialidades del cuarto.