La
belleza singular es aquella con la que nacemos y vamos desarrollando día a día,
son los atributos y características que nos definen y, por ende, nos dan
singularidad.
No
se trata de una belleza impuesta y puede no coincidir con lo que vemos en
publicidades, medios, etc, pero es la belleza genuina y auténtica que nos
define como personas.
Es
bueno celebrar la belleza real porque implica una aceptación de uno mismo y el
hecho de estar a gusto con quiénes somos y con la imagen que proyectamos. Como
asesora de imagen, siempre sostengo que es esencial que la imagen que los demás
perciben sea fiel, coherente y consistente con lo que somos por dentro, de ahí
que la personalidad sea uno de los componentes en el concepto de imagen.
Poder
entender que algo o alguien nos pueden parecer bellos es importante, pero
también lo es el hecho de respetar que hay distintos tipos de belleza y que por
no coincidir con lo que se vea en los medios o en una publicidad, no implica
automáticamente que sea lo contrario.
Se
observa que el entorno plantea ciertas exigencias al hablar de, por ejemplo, un
modelo de silueta ideal de 90-60-90 o un rostro con facciones simétricas y
“perfectas” pero también la mujer se caracteriza por ser bastante crítica en lo
que respecta a su aspecto físico. Es importante que uno siempre tenga ganas de
mejorar su imagen, pero no porque nunca está contento sino partiendo de que
tiene aspectos positivos y que puede mejorarlos. Ese es el objetivo que tengo
con cada cliente como asesora de imagen.
Cada
persona puede optimizar su imagen si hace un trabajo interno de conocerse y de
identificar los aspectos que más le gustan de su personalidad y de sus
atributos físicos. Al hacer esto, la persona va desarrollando consciente y
positivamente su estilo personal y va comprendiendo que, por más de que se
sienta fea o no tan bella por no corresponder con los “cánones” que vemos en
los medios, tiene más de un aspecto positivo que vale la pena destacar y
también aprende a ver sus singularidades y explotarlas al máximo.
Un
asesoramiento de imagen es una excelente manera de optimizar el estilo
personal, de conocer más sobre la silueta, las prendas más sentadoras, los
cortes de cabello ideales y un tema que también es muy importante: los colores
que más luminosidad y frescura dan al rostro.
Uno
quizás toma como trivial estos temas, especialmente el de los colores que se
usan, pero tiene bastante importancia porque con un color erróneo cerca del
rostro, la persona parece cansada y sus imperfecciones se hacen evidentes,
mientras que con los colores adecuados (que son varios) la persona plasma una
imagen positiva y puede mantenerla en el tiempo.
La
autoestima es esencial para sentir la belleza real y manifestarla para que los
demás la perciban. La imagen que proyectamos es el reflejo de quiénes somos y
si no estamos bien por dentro, se hace difícil, por no decir imposible, mostrar
y plasmar una imagen positiva. La autoestima aumenta cuando la persona aprende
a conocerse y a mostrar su belleza y los aspectos que más desea resaltar porque
cuando nos ven bien, los demás lo comentan y con esto nos sentimos mejor y más
a gusto.
Para
estar cómoda con una misma es imprescindible conocerse y aceptarse: es
imposible pretender ser algo que no somos; debemos descubrir nuestra esencia y
ser genuinas. Al hacerlo, la persona naturalmente se verá cómoda y a gusto
consigo misma que es el objetivo esencial para que la belleza esté y se
manifieste en todo momento.
De
ahí la importancia de conocerse y detectar lo que más nos gusta; no se trata
solamente del tipo de cuerpo que tengamos sino de nuestro estilo. Puedo poner
las prendas ideales para el tipo de cuerpo de una clienta de un estilo
minimalista o casual y que estas prendas sean de otro estilo, por ejemplo,
romántico o llamativo. Esto hará que no sea vea cómoda sino que parezca una
imagen forzada, por eso es esencial descubrirse, potenciar la personalidad y
plasmarla en todo momento.
Lic.
Laura Malpeli de Jordaan
Asesora
de imagen certificada por Colour me Beautiful
Creadora
de Styletto Image Studio