La impotencia masculina afecta a mujeres y es más común cada vez, en España incrementa alarmantemente lo peor es que para ellos es un problema directo que afecta su autoestima y obviamente a sus erecciones pero también tiene un efecto negativo indirecto en las mujeres generando depresión y desconfianza, mucho depende de la confianza que hayan generado y una sólida base de afecto que mantengan.
Mayormente cuando el hombre pasa por este tipo de problemas prefiere ocultarlo o callar por temor o vergüenza, evadiendo los eventos sexuales, lo que genera una desconfianza en ellas al no saber porque razón su pareja no desea tener sexo pensando que tienen una falta de deseo sexual, también les genera frustración, pena y una serie de sentimientos que llegan a confundirlas y sobre todo no entenderlo.
Es así que mucho depende de ambos por un lado de la confianza que tengan y el hombre sea capaz de confiarle a su mujer el problema por el que está pasando y el otro punto es la determinación de ella, entender que para ellos es un problema difícil de tratar y más aún contarlo, al hacerlo está demostrando el grado de confianza y amor que tiene hacia ella, buscando apoyo moral.
Las mujeres se ven afectadas de manera indirecta por no padecer la impotencia sexual pero en la mayoría de ocasiones la sufren más que el mismo paciente, sensibilidad, confianza, seguridad se ve afectada y el hecho de pensar que dejaron de ser amadas no ayuda en nada.
La comunicaciones es la base de la solución del problema, una relación con bases firmes es como tener sexo con erecciones firmes que logran satisfacer a ambos miembros de la relación. Así que siempre tengamos en cuenta que la impotencia masculina afecta a mujeres de una forma «Directa», profunda y puede ser causante del comienzo de problemas mayores.