Botox del nuevo milenio
El botox del nuevo milenio
Las técnicas actuales buscan un aspecto rejuvenecido pero
ante todo natural, lejos de artificios y siempre practicando por profesionales
de la estética
El botox ha variado mucho en los últimos tiempos. Tanto
las zonas tratadas como los resultados que se desean obtener han cambiado
drásticamente de lo que se venía practicando hasta la fecha. También conocido
como el tratamiento con toxina botulínica tipo A, el botox ha sufrido una loable
reconversión.
Hasta ahora la idea era planchar; no dejar ni una sola arruga. Esa forma de
trabajar con la toxina botulínica ha quedado totalmente desfasada. De hecho, es
de sobra conocido cómo numerosas personas, tanto famosas como anónimas, han
quedado con una expresión congelada y casi grotesca.
Actualmente, parecer rejuvenecido no tiene nada que ver con el número de
arrugas que quedan alrededor de los ojos, en la frente o en el rostro; sino que
la juventud se aprecia en un aspecto sereno y descansado; en definitiva,
radiante.
Los profesionales han de conocer cuáles son los músculos clave que se pueden
tratar con mayor rotundidad a diferencia de otros, cuyo excesivo retoque aporta
al rostro una expresión paralizada y antinatural. Los músculos que controlan las
emociones positivas como la risa y la sorpresa deberán mantenerse intactos. Sin
embargo, deberán moderarse e incluso llegar a eliminarse otros signos como la
preocupación o el cansancio.
Con el paso de los años, la aplicación del botox por expertos ha hecho
posible que la técnica haya evolucionado, gracias siempre a la maestría y el
toque personal de cada médico, dermatólogo o cirujano estético.
Por parte del paciente, lo más importante es informarse y encontrar aquel
profesional que se distinga por su buen hacer en este campo. El hecho de que el
botox no le haya gustado en el pasado, no le haya hacho efecto o le haya dejado
una expresión indeseada no significa que tenga que ser así de por vida.
Un buen profesional que además de reconocimiento ame su trabajo, sabrá nada
más observar al paciente dónde necesita botox y dónde no, de forma
individualizada y totalmente acorde a su gesto, aspecto, edad y gusto. Así, el
criterio estético de los médicos que intervengan ayudará a crear un resultado
natural, elegante y visible para el paciente y todo su entorno.
Dra. Vanesa G. Ohnimus
Médico Estético